Organización de las trabajadoras sexuales para el mejoramiento de la calidad de vida. |
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El Proyecto AMMAR está fundamentado en la importancia de la auto-organización de un sector de mujeres excluidas, discriminadas y marginadas, sometidas cotidianamente e históricamente a todo tipo de mal tratos para que, puedan fortalecerse, recuperando su dignidad e identidad, mediante la defensa de libertad laboral, conocer y ejercer sus derechos humanos, generando estrategias para el cuidado de su salud (con especial énfasis en la salud sexual y reproductiva, el VIH/SIDA e ITS) Asimismo, promueven pequeños proyectos productivos, acciones educativas, no sólo para ellas, sino para la comunidad que las rodea. Esta organización comenzó a articularse como respuesta al constante asedio y violencia de la Policía. Este fue el factor aglutinante mediante el que percibimos que la organización era la fuerza y el motor para conseguir objetivos que beneficiaran a esta población y a la sociedad en general. Ser mujer, pobre y trabajadora sexual, ha cerrado las puertas tanto en las propias familias como en la sociedad, pero es a partir de la organización en que nos hemos conformado como sujetas de derecho y actoras estratégicas para el desarrollo social. Es entre las mujeres trabajadoras sexuales en articulación con otras y otros actores estratégicos sociales, como podemos tener autonomía y autodeterminación en lo que respecta al auto cuidado de nuestro cuerpo y el primer paso para ello fue la capacitación. Mediante asumir la responsabilidad como seres humanos, sobre todo en lo que respecta a temas como la prevención del VIH/SIDA y las ITS fuimos saliendo del aislamiento y del ocultamiento de nuestra condición de trabajadoras sexuales (TS). El discurso de la organización se basa en que mientras se fortalezca la organización, y al fortalecer la auto-estima de las TS, se está favoreciendo su empoderamiento. “AMMAR aspira a que ninguna mujer necesite realizar el trabajo sexual para poder sostenerse, quien mejor que nosotras sabe del sufrimiento y el sometimiento que esta situación conlleva. En ningún momento y bajo ninguna apreciación, hace apología del trabajo sexual. Sostiene que las TS son sujetos de derecho y que mientras deban realizar esta tarea sus derechos deben ser respetados. Desde esta realidad asumimos el compromiso de incluir nuestras reivindicaciones dentro del contexto de la lucha por un mundo mejor. A partir de la constitución de AMMAR, se ha comenzado a debatir públicamente una realidad que hasta hace menos de diez años era ignorada socialmente y ausente en cualquier agenda pública o privada. |
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